Las principales características de las organizaciones como sistemas caóticos

Dentro de las características de las organizaciones como sistemas caóticos podemos destacar la no linealidad; es decir, la carencia de un sistema rígido que las mantenga estáticas, lo cual las aleja del equilibrio estable y las vuelve impredecibles, variables y dinámicas; ello solo resulta posible en organizaciones que carecen de  límites bien definidos; no obstante, se ha demostrado que aquellas organizaciones enfocadas en una gerencia sumisa al orden, el control y los hechos previsibles, están destinadas al fracaso; ya que dicha gestión las hará renuentes al cambio e impedirá su desarrollo y evolución.

Así, ese alejamiento del equilibrio estable también caracteriza a las organizaciones como sistemas caóticos; dicho alejamiento del equilibrio deviene en que las organizaciones se mantienen en constante dinamismo con hechos externos e impredecibles, tales como el entorno, el constante intercambio de información, entre otros. Hechos que influirán constantemente en el flujo de la organización en sí.

Otra de las características de las organizaciones como sistemas caóticos es la dependencia sensible a las condiciones iniciales, lo cual hará que cualquier variación en dichas condiciones iniciales produzca o haga emerger con el tiempo, grandes alteraciones en el comportamiento del sistema en sí.

También se pueden caracterizar en que en este tipo de sistemas, la planificación a largo plaza resulta muy difícil, dada la condición impredecible de los resultados que se puedan lograr producto de la variación que se haya realizado en las condiciones iniciales del sistema.

“… autores como Nonaka, (1988), afirman que el caos y el desorden son propiedades intrínsecas a la organización y que las perturbaciones que sufren las organizaciones, ante las cuales luchan los directivos, son realmente oportunidades de creación, es decir, una organización manejada en forma caótica, estará en un estado de revolución permanente, recibirá de buen agrado la inestabilidad y creará la crisis como medio para trascender sus límites (Mintzberg et al, 1998)

En el mundo empresarial y corporativo, innovar constituye un factor esencial para lograr el éxito, ya que el nivel de competitividad en los mercados globales resulta cada vez mayor; lo cual representa un verdadero reto para cualquier empresa que desee destacar sobre las demás; y más aún, para aquellas que deseen emprender un nuevo negocio.

En tal sentido, empresas involucradas en grandes avances tecnológicos o ideas y productos innovadores lograron el éxito casi de casualidad; ya que una serie de eventos fortuitos, percances, fallos y otras situaciones imprevisibles constituyeron la base para la creación del avance o producto en cuestión.

Un ejemplo que ilustra lo anterior fue el descubrimiento de la baquelita por parte del químico estadounidense de origen Belga  Leo Baekelund, quien intentando resolver un problema de síntesis química descubrió dicho plástico, revolucionando la industria en cuestión y dando inicio a la industria del plástico moderno.

De no haber estado preparadas para asumir el cambio, dichas empresas no hubiesen aprovechado la oportunidad que los eventos fortuitos, percances, fallos y otras situaciones imprevisibles les estaban brindando y la historia habría sido distinta o habrían fracasado.

De lo anterior, radica la importancia de la aplicación de la gestión del caos como método eficaz para promover la innovación en cualquier empresa.

Así, las empresas y organizaciones que deseen aplicar la gestión del caos como método para innovar, en aras de aprovechar las oportunidades que las situaciones imprevisibles generen, deben desarrollar la capacidad de adaptación de la empresa a esas situaciones, y desarrollar a su vez, la capacidad de producir soluciones creativas.