Design Thinking. ¿Moda o Modo?

Hay una gran expectación y emoción en todas las industrias en cuanto a la llegada del Design Thinking. Desde sus orígenes como una nueva forma de colaboración en equipo a través del diseño hacia otras áreas de práctica (para diseñar una silla hasta una estrategia de compañía), hasta lo que se ha convertido hoy, una metodología de innovación compuesta por muchas técnicas, para resolver problemas.

En los últimos años el Design Thinking ha evolucionado tremendamente tanto como filosofía, como método de trabajo.

 

¿Qué es el Design Thinking?

A día de hoy el Design Thinking es una metodología que centra su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios y que para definirlo me refiero siempre a Tim Brown que dice que:

“Design thinking is a human-centered approach to innovation that draws from the designer’s toolkit to integrate the needs of people, the possibilities of technology, and the requirements for business success”

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El design thinking es muy interesante, al ser una combinación de pensamiento creativo y crítico y envuelve mucho proceso de colaboración y participación con una aproximación orientada a resolver inconvenientes.

También es llamado el “human-centered design process” en el que todo empieza con las personas, sus preocupaciones y necesidades no satisfechas.

En el siguiente gráfico se puede ver la aproximación al diseño que ofrece Design Thinking y cómo puede traducirse bien en innovación funcional, emocional, de proceso dependiendo de si se trabaja en la intersección de las personas y la tecnología, de las personas y el negocio o del negocio y la tecnología, respectivamente. O en la ideal intersección ideal de las personas, la tecnología y el negocio.

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Ahora, ¿por qué puede ser un modo y no una moda?

Es innegable el hecho de que muchas compañías, mientras crecen en tamaño y escala, los empleados van acostumbrándose y sintiéndose más cómodos con los procesos de la empresa a medida que se establecen de manera más firme. Lo siguiente es un claro hábito de ir moviéndose a diario de esa misma forma. Por último, estas compañías empiezan a experimentar ciertas “fallas” organizacionales y a mostrar signos de ineficiencia.

Consideremos el típico escenario comúnmente visto detrás de las puertas cerradas en las grandes corporaciones: miembros de un comité de dirección tienen un proyecto grande en sus manos y se reúnen por tercera vez, pero después de todas estas laboriosas rondas de discusión, queda muy claro que no se logran grandes avances. Muchas palabras, poca acción y absolutamente nada de pensamiento. ¿Te suena familiar?

El design thinking, por otro lado, permite a las compañías avanzar mientras se habla y traer cambios reales con beneficios reales. Los negocios, sin importar si son grandes o pequeños, deberían utilizar el design thinking y posicionarlo en el núcleo de todo lo que hacen, dándole cabida en las culturas organizacionales.

Para aquellos que dudan de la credibilidad y viabilidad del design thinking, solo dense cuenta que las grandes compañías innovadoras como Apple, Google, Samsung y 3M han tomado las virtudes de aplicar esta metodología en sus procesos, productos y servicios.

Por ejemplo, 3M tiene un programa llamado “15% de tiempo” que les permite a los empleados utilizar una porción de su tiempo para trabajar sus propias ideas. Esto crea un ambiente que valora las intenciones de mejora, ayudando a disminuir el miedo a fallar por parte de los trabajadores.

 

En conclusión…

Sí, el design thinking es una metodología que algunos dicen bastante revolucionaria, otros que es lo mismo que hacían pero estructurado, pero en cualquier caso, creo que representa el futuro de la innovación y la creación. Sin embargo, las compañías deben tomar en cuenta todos los principios que constituyen estas técnicas. Ya se escucha en muchos foros que están preparadas para montarse en este tren y empezar a utilizar esta forma de pensamiento, así que iremos observando y comprobando quiénes lo aplican y rentabilizan y quiénes se quedan alrededor.

Creo que el design thinking , mientras que sí podría llegar a entenderse con un curso o taller breve, no es algo que se pueda interiorizar y automatizar tan rápimamente, porque no solo se trata de un proceso, es un tipo de mentalidad que se posiciona ante pensamientos de valor para resolver problemas de personas reales en un contexto real lo que requiere altos niveles de inteligencia emocional y empatía.

Así, opino, creo que el design thinking es sinónimo de futuro y las grandes empresas  tienen que sentarse a pensar en ello, reconocerlo, considerarlo y aplicarlo.

Suerte.