Claves para promover la innovación a través de la gestión del caos
La evolución de la humanidad ha demostrado que el mundo es inestable, ya que está sujeto a cambios constantemente; el propio comportamiento humano es inestable y no se puede predecir.
La llamada teoría del caos surge en un intento de explicar cómo esa inestabilidad, propia de casi todos los ámbitos de la humanidad y la sociedad, ha hecho en muchas ocasiones y ámbitos, surgir un nuevo orden.
Solemos asociar la palabra caos desde un enfoque negativo; no obstante, la teoría del caos explica que la forma de reaccionar ante la situación inesperada en sí, puede derivar en un cambio positivo o en la propia evolución del sistema.
La investigación y aplicación de los principios que rigen la teoría del caos ha cobrado auge incluso en el ámbito empresarial u organizacional, ya que se ha demostrado que las situaciones impredecibles generan cambios; los cuales son necesarios para innovar; siendo la innovación, un factor importante para el éxito en el mundo empresarial y corporativo.
Ello nos conduce a plantearnos ciertas interrogantes como por ejemplo: ¿En qué consiste la teoría del caos?, ¿Cómo resulta posible aplicar dicha teoría en beneficio de una organización u empresa?, ¿Qué características definen a una organización como sistema caótico?
Al respecto se advierte que la teoría del caos predica que las situaciones imprevisibles, la inestabilidad, las perturbaciones o cualquier variación en las condiciones iniciales de determinado sistema, por mínimas que parezcan, producen efectos diferentes en el mismo, por tanto, conducen a lo nuevo y alteran el curso del sistema en cuestión; lo cual no resulta posible por medio de un sistema rigurosamente controlado y con un enfoque estrictamente basado en el orden y el control.
Se ha demostrado que todo cambio resulta necesario para evolucionar, de allí la importancia del estudio y aplicación de esta importante teoría.
En aras de definir la misma Alfonso Romay (2014) explica que “…La Teoría del Caos está basada en ciertos modelos matemáticos que intentan explicar los mecanismos del universo cuyo comportamiento no es racional, previsible y determinado, sino caótico y aleatorio. Esta teoría supone, que existe un orden oculto y, por ello, propugna una especial atención en los matices, diferenciaciones, irregularidades de las cosas más que en el orden y la regularidad. Sostiene que la realidad que conocemos es un continuo orden, desorden, orden, y que esa inestabilidad e imprevisibilidad no están determinadas por el observador, sino que son inherentes al sistema…”.
José Navarro por su parte, sostiene que “…las teorías del caos son un conjunto de teorías referidas a los sistemas dinámicos caracterizados por su complejidad. En este conjunto podemos considerar la teoría de los sistemas abiertos alejados del equilibrio (Glansdorff y Prigogine, 1971; Nicolis y Prigogine, 1977; Prigogine y Stengers, 1979), la teoría de las catástrofes (Thom, 1977), la teoría de los atractores extraños (Ruelle y Takens, 1971; Ruelle, 1989), la teoría de los sistemas complejos adaptativos (Kauffman, 1992), la teoría del caos determinista (Abraham y Shaw, 1982-85; Schuster, 1985; Crutchfield, et. al., 1987; Lorenz, 1993), la teoría de la criticalidad autoorganizada (Bak y Chen, 1991), o la teoría de los sistemas autopoiéticos (Maturana y Varela, 1972) entre las más destacadas.
Como decimos, este grupo, más o menos amplio de teorías, nacidas en ámbitos geográficos y disciplinarios distintos, pivotan en torno a un interés común: el estudio y la comprensión de los sistemas dinámicos complejos…”.
Jhon Briggs a través de su obra “Las siete leyes del caos” arguye que “…La ciencia del caos se centra en los modelos ocultos, los matices, la sensibilidad de las cosas y en las reglas sobre cómo lo impredecible conduce a lo nuevo…”.
Ahora bien; aplicando dicha teoría al ámbito organizacional, es importante destacar que muchos autores consideran que las organizaciones en sí, son sistemas complejos que nunca están en completo equilibrio, ya que están siempre en proceso de cambio y son susceptibles a una serie de eventos externos que no pueden ser del todo previsibles, es decir, consideran que las organizaciones se rigen por sistemas caóticos.
Yo, por mi parte, no puedo estar más de acuerdo. Opino que la única manera de llegar a resultados extraordinarios de forma sistemática, pasa indefectiblemente por vivir en estados de caos, o lo que es lo mismo por sistematizar la propia existencia de caos.
Por ello, tendremos que entrenarnos y entrenar a nuestros líderes como grandes gestores del caos.