El diseño fractal como herramienta para gestionar el caos en organizaciones (2/2)
Decíamos que cuando el caos no puede ser previsible ni controlado, diversos autores consideran que el mismo puede ser guiado por ciertos parámetros de comportamiento. Y estábamos repasando como José Navarro propone un diseño fractal de la organización como método para gestionar el caos.
Seguimos con los elementos que Navarro propone:
Grupos autogestionados:
“…el diseño fractal de la organización (…) debe tener como pieza nuclear el trabajo con grupos que se autogestionen, con alguna competencia para fijarse estándares y metas, con responsabilidades sobre las tareas, como su preparación, y caracterizado por un amplio conjunto de habilidades que faciliten una sensación de control a los miembros, induzcan a la consecución de los objetivos grupales, produzcan satisfacción entre sus miembros y consigan altos grados de continuidad en sus resultados (Fox, 1995)…”.
Estos grupos autogestionados devienen en redes informales de trabajo con suficiente permisibilidad o libertad para desarrollar sus propios planes, responsabilizarse por el trabajo a desarrollar y dar rienda suelta a su creatividad; lo cual favorece la adaptación a situaciones inesperadas e impredecibles y permite desarrollar la capacidad de innovación en la organización.
Los directivos que deseen implementar en sus organizaciones, grupos de trabajo que se autogestionen, deben tomar en consideración que a los empleados se les debe brindar herramientas que les permitan planificar el trabajo a desarrollar, resolver problemas inherentes al mismo y tener un alto grado de autonomía para la toma de decisiones, lo cual genera mayor flexibilidad a la estructura organizacional; para ello resulta necesario además, crear condiciones que favorezcan la autoorganización de los grupos de trabajo tales como un ambiente estimulante de trabajo, apoyo a las iniciativas de los empleados, aceptación de los errores como oportunidades de aprendizaje y experiencia y no como situaciones sancionables, entre otros.
Ahora bien; “…Establecidos los principios de diseño, la otra pieza clave de la gestión de las organizaciones desde una visión del caos descansa en una gestión que facilite y promueva un desarrollo organizativo hacia formas de mayor complejidad…” (José Navarro).
Para concluir aporto que no solo habrían de ser grupos, como los denomina Navarro, sino que habrían de ser equipos, y equipos con relaciones y resultados extraordinarios.
Para lo cual se recomienda la aplicación en la empresa de cuatro principios claves que son los siguientes:
- Creación y expansión de la complejidad e incertidumbre:
“…Una forma de añadir complejidad en la organización puede ser incorporando nuevos detalles, tales como nuevos mercados en los que trabajar, nuevos productos, nuevas cualidades para los productos, etcétera, (…)
Cuando los directivos introducen de forma intencionada cambios desestabilizadores a fin de romper los modelos existentes de comportamiento y provocar la aparición de nuevos modelos (Stacey, 1992) están reconociendo la importancia de la creación y expansión de la complejidad e incertidumbre como herramienta de gestión…”.
- Creación permanente de información y de significados:
Resulta importante crear y actualizar constantemente la información que se maneje en la empresa. Más relevante aún, hacerla llegar a grupos autogestionados de la misma que la puedan aplicar en aras del desarrollo e innovación.
- Apoyo a la existencia de fuerzas contrapuestas en la organización y la utilización del conflicto positivo:
El fomento hacia una cultura tolerante a las opiniones divergentes y diferencias que puedan surgir de las mismas permite crear nuevas vías de actuación y animar a la reflexión retrospectiva sobre dichas diferencias; lo cual permite a su vez, a las empresas, aprovechar las fluctuaciones que se planteen en estas situaciones y reforzar el desarrollo de procesos que faciliten la innovación.
- Gestión centrada en valores nucleares:
Consiste en la aplicación de una gestión que permita dejar toda operativa de objetivos e instrucciones a los grupos autogestionados; lo cual se traduce en una mayor permisibilidad que favorece el desarrollo de la innovación.
Ahora bien; para concluir, se debe destacar que siendo las organizaciones sujetos inestables, de pensamiento no lineal y propensos a cambios producidos por factores externos difíciles de prever; resulta importante el conocimiento y aplicación de la gestión del caos como técnica para lograr una mayor flexibilidad en las empresas; que derive en una mayor capacidad de adaptación a los cambios y situaciones inesperadas que se presenten.
Es posible gestionar el caos en aras del beneficio de una empresa u organización; para lo cual se proponen técnicas y herramientas que permitan una mayor flexibilidad en la misma y mayor adaptación a los cambios.
No obstante, por más útiles que sean las teorías del caos y las herramientas para gestionar la misma, es imposible controlar todas las variables del contexto empresarial; por lo cual es fundamental el fomento de la cultura que permita aprovechar los cambios y las situaciones inesperadas en beneficio de las empresas.
Las empresas estancadas en el orden y la estabilidad no generan cambios ni inducen a la innovación, lo cual se traduce en el fracaso a un mediano o largo plazo; por lo que se recomienda la implementación de la teoría del caos en la gestión organizacional.
Todo cambio genera un resultado, y así se debe iniciar incluso con un pequeño cambio y los resultados comenzaran a observarse. O lo que es lo mismo, si queremos que sucedan cosas distintas, tendremos que empezar a hacer cosas distintas.